Todos los niños tienen en algún momento dado miedos y preocupaciones de acuerdo por supuesto a sus edades.
Supongo que alguna vez te habrá pasado que tu hija pequeña, por ejemplo, viene llorando porque le da miedo estar sola en su cuarto.
¿Sabes cuáles son algunas respuestas que damos frecuentemente los padres y que no son muy eficientes?
- Quitarle importancia: “¡En tu cuarto no hay nada, no te preocupes” o “ A tu edad ya no deberías tener miedo!”. No es una repuesta óptima porque el miedo en este momento sí es un problema real para ella, aunque desde tu punto de vista de adulto sepas que no hay nada de qué preocuparse.
- Tratar de convencerla de por qué no tiene que temer nada: “Déjame que te explique…”. No es que esté mal intentar tranquilizarla, pero es posible que no tengas éxito porque mientras está asustada no va a estar receptiva. Tal vez en otro momento si te entienda mejor.
- Contagiarnos de su estréss: “¡Que horror, eso es un problema!, y ¿ahora que vamos a hacer!”. A veces nos contagian su preocupación o nos enfadamos, poniéndonos así en una posición desde la cual es muy difícil tranquilizarla. Además, al perder nuestra calma validamos el motivo de su preocupación.
Una respuesta más adecuada sería por ejemplo: “ Veo que estás muy asustada, ven aquí a que te de un abrazo. Sabes, cuando yo era pequeña también me daba miedo estar sola algunas veces. Eso es normal para una niña de tu edad, pero debes estar tranquila porque en tu cuarto estás a salvo, sólo están tus cosas y juguetes”. Además es buena idea distraer la atención del niño a otra cosa y quedarse suficientemente cerca de ella para que seguir dándole seguridad, pero no tan cerca que estemos validando su temor.
La clave es escuchar, comprender y transmitirles la seguridad que ellos necesitan.
A ver si te funciona . Pepa